El invitado ha destacado que captar la atención desde el comienzo y recurrir a técnicas clásicas como la anáfora, la antítesis o la tríada son las claves para hacer los discursos persuasivos. En cuanto a la estructura, Arroyo ha recomendado una composición de frases breves y contundentes, con inclusión de historias reales y citas, todo ello en línea con el motivo del discurso. En este sentido ha insistido en que “los datos que aportemos tienen que estar en la escala de la gente”. Los asuntos complejos deben transformarse en metáforas para que el público los comprenda.
Luis Arroyo ha resaltado la importancia del contexto, como elemento que acompaña a nuestro discurso: “un discurso muy bueno en un mal contexto no funciona”, ha afirmado.
Los asistentes han podido practicar discursos con un teleprompter transportable patentado por Asesores de Comunicación Pública que permite leer con naturalidad sin que apenas se aprecie.
Como punto y final de la sesión, Arroyo ha compartido una serie de pautas para leer el discurso sobre el papel: seguir la regla de 150 palabras por minuto, escribirlo con un tamaño de letra y espaciado que facilite nuestra lectura y “no decir nada mientras se mira el papel”, ha concluido.
