Sarah Harmon considera que “los dircoms todavía no han captado la propuesta de valor de Linkedin. Teniendo en cuenta que la mayoría de los empleados están en Linkedin y se comunican con los clientes a través de esta red, los directores de Comunicación deben tener una política clara y decir en voz alta cómo es la empresa y cuál es su razón de ser”. Por este motivo, apuesta por la transparencia y porque la estrategia de las empresas pase más por “conversar con los clientes” en la plataforma que por emitir mensajes de forma unidireccional.
“Si estamos buscando comunicar y fortalecer nuestra reputación con stakeholders, aumentar el engagement y difundir los mensajes que queremos, debemos involucrar a los directivos y a todos los empleados”, apunta Harmon, que predica con el ejemplo y basa buena parte del éxito de su empresa en una comunicación interna eficaz. Para la directora general de Linkedin en España y Portugal, “educar a la plantilla” en la comunicación es fundamental, “sabiendo que su perfil es de su propiedad, no de la compañía”. Reconoce que es complejo que los directivos den el paso de entrar en la red profesional, pero apuesta por “involucrarlos para que se sientan seguros en Linkedin, una plataforma donde no hay anonimato”.
En cuanto al papel del dircom, tiene claro que “hay que elevar el rol del dircom a algo mucho más estratégico”, compaginándolo con la “táctica” necesaria en el día a día en momentos de tanta rapidez e incertidumbre. “El rol del dircom hoy es de psicólogo, gestor de contenidos, más creativo” que el de años atrás.
De los 562 millones de profesionales que circulan por Linkedin, más de 10 están en España y 2 en Portugal. Son algunas de las cifras a las que se coge Harmon para defender la necesidad de formar parte de esta comunidad social.
El uso de la red, las claves del éxito de Linkedin, las fake news, la ciberseguridad, el papel de la mujer en los círculos directivos o la inteligencia artificial son algunos de los temas que han centrado el animado debate off the record del almuerzo en el Hotel Mandarin con una veintena de socios.